Por Ciara Faber
Como madres, entendemos, en el nivel más profundo, los beneficios del equilibrio.
Cada día nos esforzamos por lograrlo. Para nosotros, la sostenibilidad no es solo un objetivo, es un requisito fundamental. Sin ella, sin el flujo medido entre dar y recibir, todo se desmorona. El crecimiento, la felicidad y la salud de nuestras familias dependen de nuestro compromiso, y del de nuestras parejas, con la resistencia y el cuidado. Desde la infancia hasta bien entrada la edad adulta, el trabajo de una madre dura toda la vida y sus efectos repercuten más allá de nosotras mismas.
Lo mismo ocurre con la Madre Tierra…